En los primeros meses de 2020 muchos empleados en Estados Unidos comenzaron a renunciar en masa a sus antiguos empleos protagonizando un movimiento inédito en el mercado laboral de ese país.
Poco a poco ese fenómeno también llegó a Europa y España, donde muchos empleados renunciaron a su puesto de trabajo para mejorar sus condiciones laborales. Ahora, esa tendencia ha frenado en seco y se interpreta como un signo de debilitamiento del empleo.
La Gran renuncia de 2021. A principios de 2021 se produjo un fenómeno inédito en la historia del empleo: La Gran renuncia. Un éxodo voluntario masivo de fuerza laboral que cambió de trabajo buscando mejores condiciones laborales en un nuevo puesto de trabajo renunciando de forma voluntaria a su empleo. Los datos apuntan a que en el segundo trimestre de 2021 hasta 11,5 millones de trabajadores renunciaron a sus puestos. Este fenómeno pronto llegó a España y en abril de 2022 ya se habían duplicado el número de renuncias de 2021 en España.
Las renuncias echan el freno. En 2023 la situación del mercado laboral ya no es la misma que en 2021. La invasión Rusa en Ucrania, la sombra de la recesión y un mercado laboral norteamericano menos convulso ha propiciado que las aguas vuelvan a su cauce y se haya reducido el número de empleados que han renunciado a su empleo, pasando de los 4,5 millones de noviembre de 2021 a 3,8 millones en abril de 2023, y con una tendencia a la baja.
Las medidas han funcionado. Los expertos hacen dos lecturas de esta bajada en el número de renuncias. La primera de ellas, y más optimista, es que las empresas han sabido reaccionar ofreciendo mejores condiciones laborales para sus empleados y flexibilizando la jornada con modelos de trabajo híbrido para mejorar la conciliación familiar o semana laboral de cuatro días.
Es decir, ahora hay menos renuncias por que las empresas han mejorado sus condiciones laborales aplicando el popular “Pay them more” pronunciado por Biden o porque, tras dos años de renuncias masivas, el mercado se ha estabilizado y los empleados han encontrado puestos que se ajustan a sus condiciones.
Malas noticias: también puede ser la recesión. Otra hipótesis menos optimistas que barajan los economistas en EE.UU es que esta ralentización de debe a un debilitamiento del mercado laboral norteamericano que se ha contraído tras los despidos masivos de los últimos meses reduciendo el tamaño de las plantillas y a un escenario económico amenazado por la recesión.
En Estados Unidos, como en España, se está registrando un descenso en los promedios de horas trabajadas, lo que históricamente ha precedido a recortes en la creación de empleo y un síntoma más del riesgo de recesión en EE.UU.
En España el empleo se estanca. Las últimas cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) indican que la variación de creación de empleo trimestral es del 1,16% con un incremento del 1,83% en los últimos 12 meses. Esto indica que, aunque hay un leve crecimiento, la dinámica del empleo tiende a estancarse y está muy condicionado a la creación de empleo público que está tirando del carro en los últimos meses con un crecimiento considerable en la convocatoria de oposiciones.
Esta reducción en las ofertas de empleo sería una de las claves para que el mercado laboral en España pronto se contagie del estadounidense y empiece a reducir el número de renuncias, aumentando la incidencia de la renuncia silenciosa conservando el mismo puesto de trabajo pero hundiendo la productividad.
En Xataka | Trabajar demasiado es malo para el medio ambiente. La semana de cuatro días quiere solucionarlo
Imagen | Marc Mueller
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dsa10
Sorpresa, las tendencias no son infinitas.
sulkra
Aunque parezca de Pelo grulla (o como flautas se dija)... oferta y demanda, como no puede ser de otra manera.
Para lo otro...
En su día comparar el pico español (ni 7.000 al mes) con el estadounidense (casi 5 millones al mes) es un mal chiste.
Obviar el diferencial en el incremento de uno y otro, ya... tal. 1 a 5, tú: 1 a 5. Vamos, para troncharse un poco de la sorna.
Olvidar que el no acudir a un llamamiento en los flamantes fijos-discontinuos se tramita automáticamente como renuncia (baja voluntaria) , también ya... tal.
Y que nos dejemos manejar... En España hay días en los que se producen 200.000 variaciones en las afiliaciones. Un día, eh, día; no una semana, un mes o un año.
Otra cosa sería el oscurantismo que hay en la estadística pues, más o menos, se calcula (pues es complejo ya que hay que trabajar con datos del mitramiss, TGSS y SEPE, entre otros, que un 14-15% de las relaciones contractuales (sumando fijos y temporales) finalizan por acción del asalariado (baja voluntaria), lejos, pero que muy lejos, de los datos en EE. UU. A., que se elevan al 74,34% de las mismas (dato de 2022).
Por cierto, aunque no lo digo directamente es OBVIO que el número de renuncias es bastante superior al que ofrece la estadística oficial, pero también es elefantiásicamente superior el número de movimientos en la afiliación. Con decir que sólo en contratos se suscribieron más de 18,3 millones durante 2022 se dice todo. Contratos, que no movimientos de afiliación (que ríete tú del número de contratos).
Unas 70.000 renuncias declaradas sobre un total de 18,3 millones de contratos. Esto es, un 0,0038% de los mismos. En USA fueron casi 39 millones (70.000 vs 38.700.000). Nah... un ratio de 553 a 1 con un ratio de población con respecto a España de 7 a 1.
¡Jodó con la GRAN RENUNCIA a la española!
Amarillistas, que gustáis en exceso y os relaméis como posesos en el gualdero.
manuelcr
Lo mismo es que cada vez menos empresas ofrecen trabajo 100% remoto y la gente ya no encuentra algo donde no tengo que pisar la oficina de nuevo.
Y que las empresas han mejorado salarios, viendo que se les iban muchos, así que las diferencias ya no son tan grandes y a la gente no le compensa cambiar de trabajo.
Achacar que la tendencia se frene a una única razón es un tanto simplista.
Además, a cambiar de trabajo por otro mejor tras la incertidumbre de la pandemia, yo nunca lo habría llamado 'Gran renuncia'. Eso aplicaría si la gente se hubiese hartado de los trabajos donde todo es para ayer, renunciando para irse a otro sector.