Este último fin de semana de octubre hemos retrasado una hora en nuestros relojes, bueno nuestros dispositivos electrónicos lo han hecho por nosotros. Para muchos ha significado una hora más de sueño y para otros una hora más de fiesta, pero para el mercado energético ha supuesto un quebradero de cabeza.
Jornada de 25 horas. El primer día del cambio de hora provoca complicaciones en la gestión de la electricidad, porque a la jornada se le añade una hora extra. Esa jornada que pasa a ser de 25 horas supone un problema para las plantas eléctricas, que están funcionando de manera habitual.
También, hay que tener en cuenta el factor de la demanda que se ve influenciado por los cambios de comportamiento que trae consigo el cambio del nuevo horario. Porque las actividades cotidianas tenemos que adaptarlas a los nuevos horarios de luz natural y oscuridad. Por ejemplo, el uso de según qué electrodomésticos varía, como el uso de una lavadora o una cafetera. Estos patrones de consumo cambian de forma inesperada, afectando los pronósticos de demanda.
El ajuste UTC. El software utilizado para programar el encendido y apagado de las centrales y para analizar los datos de consumo se basa en el Tiempo Universal Coordinado (UTC). Este sistema siempre se tiene que ajustar a los cambios horarios, por lo que puede provocar problemas en los pronósticos de precios y en la gestión de la infraestructura energética. Finalmente, la situación puede derivar en incertidumbre y complicaciones logísticas.
Las horas de sol. Si los paneles solares son la gran energía del futuro, por ende necesitaríamos más horas de sol. Con el retraso de una hora, tanto la producción solar como la utilización de esta energía en su pico pueden no coincidir. Por ejemplo, cuando cae la noche, que será más pronto, el consumo energético será mayor, lo cual presenta desafíos para los operadores de la red eléctrica, quienes deben ajustar sus predicciones de demanda y gestionar eficientemente la oferta. No obstante, en un contexto así, las baterías podrían ser una solución para aprovechar al máximo la energía solar generada durante el día.
¿Por qué cambiamos la hora? La historia es bien conocida que durante la Segunda Guerra Mundial la totalidad de los países europeos cambiaron su uso horario por la de Berlín. Sin embargo, unos 20 años atrás, los países decidieron unificar sus horarios en un intento de facilitar la creciente interconexión, pero a pesar de los esfuerzos siguieron rigiéndose por el sol. Después del 45 y llegada la década de los 70’ los países mantuvieron el cambio de hora. Actualmente, muchos países han decidido prescindir de ello, otros como el conjunto de la Unión Europea lo tienen pendiente.
¿A cuántos países afecta? El cambio de hora sigue siendo una práctica vigente en muchos países. Sin embargo, un número creciente de naciones han decidido abolir este sistema. Por ejemplo, países como Rusia, varios estados de Estados Unidos, como Arizona y Hawái, y diferentes estados del sudeste asiático han citado problemas de salud y la falta de incentivos económicos claros.
El mercado energético vive un momento de debate por el uso de nuevas fuentes energéticas. La discusión sobre la eficacia y la necesidad de los cambios horarios en el contexto actual de cambio climático y nuevas aperturas energéticas profundizan las críticas.
Imagen | Pixabay y Unsplash
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8 comentarios
dbip
Vaya tontería de artículo. El original de Bloomberg ya era flojillo, y este refrito ya no tiene ni pies ni cabeza. Como mínimo cita a las fuentes para poder leer algo con un poco más de sentido.
labandadelbate
Que dejen la hora de verano y todos contentos.
foxbroncas
Lo del cambio de horario es una autentica estupidez y una gran molestia para todos.....que la quiten ya de una vez
togepix
Este domingo los precios fueron inusualmente altos para ser un domingo . Se notó
buruburu
Todos los años las mismas discusiones. Y artículos como este oscurecen el debate, por mezclar dos cuestiones relacionadas, pero distintas.
1. Horario europeo unificado: que un montón de países tengamos la misma hora tiene muchas ventajas logísticas, y algún inconveniente, como que en España el mediodía solar caiga a las 13h o 14h. En la práctica no pasa nada: en Italia se levantan 1h antes, comen 1h antes y se acuestan 1h antes. O nosotros 1h más tarde, según cómo se mire.
2. Cambio de hora verano/invierno: es la cuestión más discutible, por tener tanto ventajas como inconvenientes. En nuestra latitud tiene la ventaja de aprovechar mejor el sol veraniego (el escaso sol invernal se aprovecha se haga lo que se haga). Y yo lo agradezco.
Pero también se podría dejar el reloj quieto y cambiar el horario: en verano, madrugar 1h más, comer 1h antes, y cenar 1h antes. Es cuestión de acostumbrarse... o de recordar lo que hacíamos antes del cambio de horario de verano.
La relación entre las dos cuestiones es que la 1 domina sobre la 2: es muy conveniente que todos los países que compartimos uso horario tengamos el mismo criterio sobre el cambio (o no) de horario veraniego.
huevomaestro
No cambiarlo me parece genial, pero horario de verano siempre. No salir del curro de noche, que deprime a cualquiera
deadcrowd
Lo sufren más la gente con depresión y/o distimia
overledge
Pero cerremos las nucleares, no vayan a ser que aporten estabilidad y eficiencia a la red cuando otras no pueden hacerlo.