Restan tan sólo ocho jornadas para que se produzca el desenlace final de la presente campaña, y todavía hay bastantes asuntos por resolver. Pero algo ha quedado meridianamente claro después de los resultados registrados en las últimas jornadas: Europa ya no es una opción para la Real Sociedad, es una obligación. Puede sonar especialmente rotundo, quizás demasiado categórico, pero en el actual estado de cosas, si el equipo no sella un pasaporte europeo, cabría considerarlo como una decepción, y luego ya que cada cual le añada el adjetivo que mejor describa su percepción: grande, pequeña, regular…
Ahora que el equipo, muy a su pesar, se ha desembarazado de dos de los frentes que mantenían ocupada su atención , no queda más remedio que centrar todos los esfuerzos en la competición que resta: la Liga. Por momentos pareció relegada a un plano secundario en favor de las otras dos competiciones. Pero, dadas las circunstancias, recupera todo el protagonismo perdido.
Con las últimas modificaciones introducidas por UEFA a la hora de establecer los requisitos para jugar sus torneos la próxima temporada, podríamos decir, y espero que nadie se ofenda, que jugar en Europa está más barato que nunca. Es muy probable que hasta el octavo clasificado en la competición doméstica nos billete europeo, y ésa es una oportunidad que la Real no puede desperdiciar. En una temporada en la que muchos daban casi como perdida en lo que al capítulo de premios se refiere, la Real sigue ahí, razonablemente bien posicionada, y con las opciones razonablemente abiertas. No se trata de añadir presión al grupo, porque este equipo sabe perfectamente que lo tiene en su mano, y dejarlo escapar constituiría una mala noticia. La entidad de sus rivales directos, con todos mis respetos para ellos, permite pensar que la Real puede conseguirlo. Admitiendo opiniones contrarias, pienso que Europa ya no es una opción para la Real, sino una 'obligación'.

Remiro, el hombre 10
Me decía Larraitz Lucas el otro día de Remiro, que lo tiene todo: es un magnífico futbolista, es buena gente y, además… es guapo a rabiar. No le voy a discutir ninguna de las apreciaciones, y aunque la última sea, quizás, la más prescindible, siempre acompaña bien. El pasado domingo, tras el partido frente a Las Palmas, todo el mundo se deshacía en elogios hacia Pablo Marín -partidazo enorme del riojano-, o hacia Aramburu, que inauguró su casillero goleador. Pero fueron muchos menos los que se acordaron del portero, a pesar de que Remiro, una vez más, volvió a salvar a su equipo en momentos cruciales, con intervenciones providenciales. Lo he repetido hasta cansarme, los porteros están infravalorados en el mercado del fútbol, a pesar de su condición incuestionable de especialistas. Luce mucho más la figura del que hace los goles que la del tipo que los evita, y eso repercute en la cotización de mercado de uno y de otro. Allá cada cual con sus valoraciones, pero yo siempre tendré muy clara cuál es la ponderación que merece un guardameta, ese personaje, un tanto singular, pero fundamental. Y la Real Sociedad tiene la fortuna, como decía Larraitz, de contar con un tipo 10 defendiendo el arco.

Aquel 27 de febrero
Tendrán que pasar unos años antes de que cada enfrentamiento de la Real con el Mallorca no evoque, indefectiblemente, aquella aciaga noche del 27 de febrero de 2024, cuando los de Imanol, contra pronóstico, y con todo a su favor, hincaron la rodilla ante el equipo balear en la tanda de penaltis, a un par de brazadas apenas para llegar a la orilla de una final de Copa. Eso quedará para siempre.

Jagoba vuelva a casa
En el actual contexto, alguno incluso podría alarmarse, pensando que Arrasate pudiera ser el sustituto de Imanol, en el caso de que éste decidiera no continuar. No vamos a negar que la falta de noticias ha abierto la puerta a las elucubraciones, y una de las más difundidas ha sido la que afectaba al técnico del Mallorca. Yo apuesto por Imanol, pero al fallo del oriotarra, Jagoba siempre sería una buena opción.