En las últimas dos semanas, las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico tropical oriental han bajado abruptamente hasta los 10 grados. Como dice Ryan Maue, es un ejemplo fantástico de lo mucho que puede cambiar la situación en muy poco tiempo.
Pero ¿es algo más...?
¿...está La Niña de vuelta? Esa es la gran pregunta que se hacen meteorólogos, agencias y estados de medio mundo. Y lo primero es tener claro que no tiene por qué significar nada crucial: "la capa cercana a la superficie es muy susceptible a los cambios provocados por el viento debido a su fino espesor".
Esto es importante porque, desde marzo de 2025, las condiciones ENSO son neutrales y (al menos, en el último informe de la NOAA del 10 de abril) se esperaba que continúe hasta después de verano. Para octubre, las posibilidades de que permanezca el escenario netural son del 50%.
El Niño, La Niña y todo lo que hay en medio. No está de más recordar que lo que conocemos como El Niño-Oscilación Meridional (o ENSO, por sus siglas en inglés) es un fenómeno climático cíclico (aunque algo irregular) que tiene grandes efectos sobre el clima mundial. Si descontamos las estaciones, es la mayor fuente de variaciones climáticas anual del planeta.
La oscilación es un patrón climático en el que se alternan dos fases: El Niño y La Niña. Este fenómeno se manifiesta en una franja del Pacífico ecuatorial, en las zonas central y oriental. En este área la temperatura de la superficie oceánica presenta este patrón oscilatorio entre la fase cálida (El Niño) y la fase fría (La Niña).
¿Cómo nos afecta? La temperatura del océano en esta región se asocia a patrones meteorológicos singulares que afectan especialmente a Sudamérica. En el sudeste del continente americano las temperaturas se vuelven más cálidas de lo normal. De la misma forma, se hacen más frías en el Noreste. En Ecuador y Perú se esperan menos precipitaciones de lo normal y el Noreste de Brasil, lluvias torrenciales
Pero las teleconexiones afectan a los patrones meteorológicos de todo el mundo. Y en España suele ser sinónimo de menos lluvias.
Pero lo que preocupa a los meteorológicos es otra cosa. No debemos olvidar que La Niña de finales de 2024 y principios de 2025 fue un fenómeno sorprendentemente muy suave y corto. Pese a que ese fenómeno es "el gran refrigerador del mundo" (y así ha funcionado en otras ocasiones), enero fue el enero más cálido del registro. Su efecto se notó muy poco.
Y si tenemos en cuenta que El Niño de 2023-2024 fue el quinto más fuerte desde que tenemos registros, parecía insinuar que el ENSO podía estar moviéndose hacia una estructura mucho más cálida de lo que nos tiene acostumbrados. Pero... ¿y esto qué significa?
Es verdad que los modelos mostraban que hay casi el doble de posibilidades de que vuelva La Niña, pero a estas alturas del ciclo nadie sabe qué puede conllevar a largo plazo. Sea como sea, lo más probable es que el escenario neutral aguante más tiempo. Sin embargo, debemos empezar a pensar en que La Niña está a la vuelta de la esquina.
Imagen | NOAA
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