Hay una escena que seguramente has vivido si has pedido un café en un restaurante o una cafetería: pides un café con leche o un capuchino y, tras armarte de valor, pides que la leche no esté muy caliente. Es entonces cuando te sirven un café tan oscuro como el Vantablack y escuchas el crepitar de una leche que dejó de ser un producto comestible para convertirse en lava.
Y hay algo importante a tener en cuenta en todo esto: aunque el café que usen sea bueno -no torrefacto-, la leche tan caliente está arruinando la bebida.
Cafeterías de especialidad contra la lava. Preparar un café es un proceso muy meticuloso. El problema es que la cultura cafetera de muchos sitios es bastante mejorable, lo que nos ha llevado a pensar que la forma de beber cualquier preparación que no sea un solo con hielo deba ser una experiencia en la que tenemos que pasar diez minutos esperando que el café se enfríe.
La diferencia entre una cafetería de especialidad y un bar cualquiera no está solo en el café, sino también en cómo tratan la leche. Y ahí es donde entra en juego la temperatura. En las cafeterías de especialidad, cualquier café que lleve leche estará más bien templado. Incluso, puedes empezar a tomarlo en cuanto te lo sirvan. Esto no es para desalojar la mesa lo antes posible y que pase el siguiente cliente, sino por algo más profundo y que tiene base científica.
65° C. Esa es la temperatura máxima que debería tener la leche de un café con leche. Cualquiera entre los 55 y los 65 grados Celsius, pasa ser más exacto, y mantenerla es crucial para proteger algo fundamental en la leche: sus proteínas. Cuando calentamos la leche con el espumador, si nos mantenemos en ese rango de temperatura, sus proteínas experimentan algo llamado ‘desnaturalización’.
Esto significa que las proteínas de la leche pierden su estructura y se forman esferas alrededor de las burbujas de aire que se producen al someter la leche al espumador. Ese proceso, unido a la interacción entre la caseína y la grasa de la leche, sirve para estabilizar la espuma, haciendo que ésta sea más cremosa. También se potencia la dulzura del líquido sin caer en el quemado del mismo debido a que los azúcares naturales de la leche se descomponen lo justo como para no pasarse.
¿Y… qué? Si nos pasamos de temperatura, se rompe el equilibrio entre las grasas y las proteínas, por lo que la espuma será más aireada y perderá esa suavidad y cremosidad, haciendo que la bebida sea menos densa. Pero aparte de por la función estética (porque el latte art es peor con leche que exceda los 65 grados) y la alteración de la textura de la bebida, hay otra cuestión que debemos tener en cuenta.
Cuando superamos la temperatura, las proteínas se desnaturalizan en exceso, lo que lleva al exceso de burbujas de aire que ya hemos comentado, pero también a la presencia de un sabor que puede ser desagradable porque los azúcares se pasan y las grasas se oxidan. Además, la textura tampoco será tan aterciopelada y no sólo tendremos una bebida mucho más plana en sabor, también en cuanto a densidad.
Templadito, mejor. Y me ha pasado. El ir a una cafetería de especialidad por primera vez y encontrarme con un capuchino templado fue una sorpresa, pero más allá de la inicial por la temperatura, la siguiente fue que había notas afrutadas del café que podía apreciar. Preparando el mismo tipo de café en mi casa, con un espumador que luego vi que supera esa temperatura, todas esas notas, simplemente, se esfumaron. ¿Mi error durante todo ese tiempo? No prestar atención a la temperatura.
Y esa temperatura es uno de los muchos motivos por los que tomar café con leche en muchos países, y fuera de cafeterías de especialidad, es una batalla. Preparar un buen café es muy complicado, tanto que hay quien estudia cuáles son las mejores reacciones y temperaturas para, entre muchas otras cuestiones, calentar lo justo la leche como para que cambie la textura de la bebida sin afectar demasiado a su sabor.
Ojito con reutilizar. Por otro lado, y reconozco que también me ha pasado, no podemos reutilizar la leche que ya hemos sometido a este proceso en el espumador. La escena puede que te suene: es de las primeras veces que haces café con tu nueva cafetera y echas más leche de la cuenta en la jarrita. Eso sube a medida que se espuma, por lo que nos sobra la mitad y decidimos coger un frasco de cristal, dejar que atempere y guardarlo en el frigorífico para usarlo en otro café.
Volvemos a espumarlo y… ahí está el error. Es algo que James Hoffman -barista y divulgador del café- ya explicó hace unos años: cuando calentamos la leche por segunda vez, estamos exagerando la desnaturalización de las proteínas y promoviendo la oxidación de las grasas, lo que genera un sabor más rancio y una textura desagradable.
Por eso, si quieres preparar un mejor latte en casa, lo mejor es contar con una jarrita de acero que nos permite palpar la temperatura ideal y, hasta que tengamos entrenado el sentido del tacto para identificar cuál es esa temperatura, algo como un barato termómetro de cocina nos servirá como guía. Todo sea por dejar de tomar leche en mal estado con cada capuchino casero…
Imagen | Chris Reyem
En Xataka | El primer paso para mejorar el café que bebes es molerlo tú mismo. La ciencia tiene la explicación
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13 comentarios
franloren
Cuanto tontería, madre mía.
wiredbrain
Yo tomaba el café con leche mal, pero un día un amigo que me vio tomándolo me dijo que no hay que echárselo por la oreja con un embudo. Desde entonces ya lo tomo bien, aunque confieso que algunas veces está muy caliente y me quema un poco el ojete cuando lo tomo.
fomlimalma
La solución es estudiar para barista
goyito666
Me toca mucho las narices que me digan como tengo que tomar las cosas. Las tomo como mas me gusta y que nadie me diga como tengo que tomar el cafe o lo que sea, como si me apetece ponerle zumo en vez de leche.
RamonYo 😬
Es una información pertinente que todo amante del café debe conocer. Es cierto que no todo mundo es amante del café, de la misma manera en que no todo mundo es amante del vino, y seguramente le parecería una pijada que se hable sobre cómo preperar de forma correcta un tipo de café, pero os puedo asegurar que cuando se hace como es debido el placer que produce tal preparación es infinitamente superior al que produce un café mediocre preparado al tuntún por alguien que no conoce lo más básico.
Esto sería el equivalente a servir un vino excelente en un vasito de porexpan, no solo sería un insulto a la bebida en sí mismo, sino que degradaría significativamente la experiencia de degustación y desaprovecharía por completo las cualidades del vino.
mlax
El principal problema es que con la tontería del dibujito con la leche, se está haciendo una proporción de café con leche nefasta.
petote
Truco tonto del día. Para cremar bien la leche lo mejor es que estea fria. El problema es que en sitios donde salen muchos cafés no pueden estar guardando la leche constantemente en la nevera con lo que la leche pilla la temperatura ambiente y necesita más tiempo para cremar.
juanjosvq
Si si, conozco a un cafetero que dice lo mismo.
Pero si me vas a poner un café templado, ponme un zumo de piña mejor.
Igual que un colacao, o frío a tope o caliente. Medias tintas nada.
Tampoco me vayas a poner un plato de puchero templado!