En Europa hay una división en torno al cierre de las nucleares. Algunos países ya las han desconectado del todo, como Alemania, o están en proceso de hacerlo, como España. Mientras tanto, Francia las mantiene como pilar de su sistema eléctrico. Sin embargo, la llegada de la primavera ha evidenciado algo que se sospechaba: el auge de las renovables han obligado a parar a las plantas nucleares.
Mucha luz y poca demanda. La producción de energía renovable ha saturado las redes eléctricas en varios países europeos. Según Bloomberg, la consecuencia inmediata ha sido la caída de los precios de la electricidad, que en días festivos (Semana Santa y Pascua) y con baja demanda han llegado incluso a ser negativos. En España, cinco de los siete reactores nucleares pararon o redujeron su carga y, en el caso de Francia, su compañía eléctrica, conocida por sus siglas EDF, ha recortado su producción atómica en un promedio de 4GW diarios en marzo, el doble que un año antes.
Precios negativos. Cuando se habla de precio negativo puede parecer que la electricidad saldrá gratis, pero no es así. Esto significa que el mercado eléctrico, basado en subastas horarias, puede arrojar precios negativos cuando hay demasiada oferta y muy poca demanda. En esas horas, los productores o empresas eléctricas tienen que pagar para colocar su energía en la red. Las renovables, que tienen prioridad legal de acceso, siguen funcionando. En cambio, las nucleares no pueden bajar su potencia tan rápidamente y operar en esas condiciones, sobre todo en países como España donde la carga impositiva ha aumentado un 71% desde 2019, según PwC.
El boom limpio. El auge de las renovables está impulsando a muchos países a operar con energía 100% limpia, recientemente España se sumó a esta nueva cobertura. Sí que es cierto que el aumento de la capacidad total instalada ha crecido vertiginosamente en pocos años, alcanzando casi los 700 GW según el Global Energy Review 2025. En esta apuesta por sistemas de generación limpios, también entra los sistemas de almacenamiento en baterías o embalses, además de crear una buena estructura eléctrica, a pesar del miedo de las compañías en torno la incertidumbre del cierre de las nucleares.
¿Qué pasa con la energía nuclear? Si las nucleares operan menos horas y con precios bajos, pierden rentabilidad. Y si además tienen que parar y reiniciar por las variaciones de la demanda, los costes suben y los riesgos técnicos aumentan. Como ha detallado el medio neoyorkino, Francia, con el 70% de su electricidad aún de origen nuclear, está viendo cómo esa rigidez técnica choca con un sistema en transformación. EDF ha advertido que las variaciones frecuentes dificultan el mantenimiento y las pruebas rutinarias. España ya ha puesto fecha de cierre a todos sus reactores entre 2027 y 2035, y otros países siguen ese camino.
Previsiones. De acuerdo con Staffan Bergh, analista jefe de Bodecker Partners: “Veremos muchas más horas con precios negativos, y estos solo aumentarán durante la primavera”. En esta línea el analista ha explicado que no hay que instalar más renovables, sino en saber usarlas bien, gestionarlas mejor y complementarlas con inteligencia.
Imagen |Foro Nuclear
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